Actualmente, términos como branding, creación de marca, logotipo, presencia de marca y posicionamiento son bastante comunes. Pero, ¿qué significan en nuestro día a día como propietarios de un negocio?
Construir una marca va más allá de diseñar un logo, escoger colores y tipografía. Construir una marca es un trabajo arduo, pero es una inversión fundamental para un negocio que desea vivir por muchos años.
Tomemos de ejemplo la industria alimenticia. Todos conocemos marcas como McDonald’s, Starbucks, Pollo Campero, etcétera. Cuando esas empresas venden una franquicia, o son vendidas por completo, no venden únicamente mobiliario y bienes. Ellas venden la marca, un mensaje, un estilo de hacer las cosas. En McDonald’s, por ejemplo, aunque todos conocemos la famosa «M», desde los removedores de café hasta los vasos y platos desechables que nos dan, tienen su marca. ¿Por qué? Porque esa letra nos dice un tipo de calidad, un tipo de servicio, un estilo. Sabemos que donde encontremos esa letra «M» tendremos calidad, buena atención y rapidez.
Posicionarse en la mente de los consumidores es primordial a la hora de tener un negocio. Todos conocemos esas grandes marcas, así como sus grandes y exitosas estrategias, pero vamos a hablar ahora de un ejemplo menos conocido y local. Hace unos años había un pequeño restaurante de comida italiana en la séptima avenida de la zona 9, en un edificio de apartamentos que tiene locales en el primer nivel.
Por años, a la hora del almuerzo, la gente se amontonaba en la puerta y esperaba hasta 45 minutos para conseguir una mesa y ser atendido. ¿La razón? Comida italiana tradicional y casera, basada en antiguas recetas familiares. Los platos rara vez sobrepasaban los Q35.00 y tenían «menú del día». Las personas le decían al propietario: «¿por qué no amplía? ¡Agarre otro local!». A lo cual él respondía sabiamente: «Esto es lo que puedo manejar, un lugar más grande probablemente sería demasiado».
A pesar de los muchos años de vida del pequeño restaurante y de que en la ventana del local y en el menú estaba el logo y el nombre, la mayoría de personas lo llamaba sencillamente el «restaurantito». Ni los vasos, ni las bolsas, ni los recipientes en los que servían la comida para llevar tenían impresa la marca. Un terrible error que el dueño sólo pudo ver cuando llegaron los tiempos de cambio. Un día cualquiera, alguien más estratégico, por así decirlo, ofreció más por rentar su local y otro de la par para vender comida también, aparte que convenció al mismo chef para trabajar con él. Todo esto llevó a que el negocio buscara una nueva ubicación.
Al inicio no parecía un gran problema. Sin embargo, una vez ubicados en el nuevo lugar, se dieron cuenta de que fueron pocos los clientes fieles que los siguieron dado que nunca pusieron énfasis en promocionar su marca y pocos sabían que no eran los mismos dueños quienes administraban ahora el «restaurantito» más grande . Con el paso del tiempo se perdieron dos negocios pues el restaurante que abrió la persona que alquiló los dos locales cerró porque la clientela, al darse cuenta de que no eran los mismos dueños, dejó de llegar. A esto lo podríamos llamar karma.
Sin embargo, la segunda pérdida fue la más trágica: el verdadero «restaurantito» también cerró. A pesar de los años de esfuerzo proveyendo buen servicio y comida deliciosa, en la nueva ubicación nadie los conocía y sus antiguos clientes no sabían cómo se llamaban o dónde se encontraban ahora. Tarde se dieron cuenta de que durante todos los años de existencia del negocio acreditaron un lugar, no una marca.
De la historia podemos rescatar una valiosa lección. Algo tan simple como poner nuestra marca en nuestros artículos y hacerla lo más visible que podamos puede llegar a salvar nuestro negocio y todo el esfuerzo que conlleva mantenerlo a flote. Por eso, a continuación te damos los siete pasos básicos para empezar a crear tu marca:
1. Concepto
El concepto incluye cosas como qué tipo de negocio es, cuál es su estilo, a quiénes va a atender y por qué, lo cual usualmente es lo primero que viene a la mente de un propietario cuando crea un negocio. Pero no hay que olvidar que también involucra medir a la competencia y qué se necesita hacer de forma distinta para asegurar el éxito del negocio y diferenciarse.
2. Clientela
Aunque es algo que se ve como parte del concepto, definir el grupo demográfico o la clientela es un proceso que debe llevarse de forma cuidadosa y bien fundamentada. Es importante tener información verificada, y de varias fuentes, para determinar exitosamente quién es un cliente potencial
3. Misión – Visión
En esta parte es crucial ser específicos; aquí se le dice tanto a los posibles clientes, como al personal, qué hace el negocio y por qué lo hace. Así que se deben buscar palabras sencillas que definan correctamente la esencia y dirección del negocio.
4. Nombre
Esta tarea puede llegar a ser difícil. Es básicamente un casamiento; será lo que estará registrado en los documentos del negocio y en su marca comercial. En este paso se recomienda buscar algo fácil de recordar y que se relacione o sea representativo del rubro del negocio.
5. Logo
El logo es la representación gráfica del concepto. Se recomienda buscar a un profesional del diseño o mercadeo para hacerlo. También se pueden buscar en Internet conceptos básicos de elementos gráficos y jugar con ellos.
6. Eslogan
Esta es la frase que usualmente acompaña al logo. Debe ser corta, específica y creativa. En tres o cinco palabras se debe definir la marca. En este paso es útil revisar la misión, visión y clientela.
7. Productos promocionales y empaques con la marca
Finalmente, después de crear la identidad del negocio o marca, ¿dónde se coloca? Además de los lugares comunes, como la página web, las redes sociales, las tarjetas y demás, hay que determinar en dónde es útil imprimirla. Dependiendo del rubro del negocio, esto puede ser desde gorras y accesorios hasta vasos, platos y empaques para llevar o servir un producto.
Los productos y empaques promocionales representan a la marca. Por ello es importante determinar aspectos como tipo, calidad y materiales. Si son de plástico, por ejemplo, se debe buscar que sea reciclable o biodegradable. Con esta clase de material no sólo se le dice al cliente el nombre del negocio, sino también que parte de su cultura es cuidar el medio ambiente.
1. Concepto
El concepto incluye cosas como qué tipo de negocio es, cuál es su estilo, a quiénes va a atender y por qué, lo cual usualmente es lo primero que viene a la mente de un propietario cuando crea un negocio. Pero no hay que olvidar que también involucra medir a la competencia y qué se necesita hacer de forma distinta para asegurar el éxito del negocio y diferenciarse.
2. Clientela
Aunque es algo que se ve como parte del concepto, definir el grupo demográfico o la clientela es un proceso que debe llevarse de forma cuidadosa y bien fundamentada. Es importante tener información verificada, y de varias fuentes, para determinar exitosamente quién es un cliente potencial
3. Misión – Visión
En esta parte es crucial ser específicos; aquí se le dice tanto a los posibles clientes, como al personal, qué hace el negocio y por qué lo hace. Así que se deben buscar palabras sencillas que definan correctamente la esencia y dirección del negocio.
4. Nombre
Esta tarea puede llegar a ser difícil. Es básicamente un casamiento; será lo que estará registrado en los documentos del negocio y en su marca comercial. En este paso se recomienda buscar algo fácil de recordar y que se relacione o sea representativo del rubro del negocio.
5. Logo
El logo es la representación gráfica del concepto. Se recomienda buscar a un profesional del diseño o mercadeo para hacerlo. También se pueden buscar en Internet conceptos básicos de elementos gráficos y jugar con ellos.
6. Eslogan
Esta es la frase que usualmente acompaña al logo. Debe ser corta, específica y creativa. En tres o cinco palabras se debe definir la marca. En este paso es útil revisar la misión, visión y clientela.
7. Productos promocionales y empaques con la marca
Finalmente, después de crear la identidad del negocio o marca, ¿dónde se coloca? Además de los lugares comunes, como la página web, las redes sociales, las tarjetas y demás, hay que determinar en dónde es útil imprimirla. Dependiendo del rubro del negocio, esto puede ser desde gorras y accesorios hasta vasos, platos y empaques para llevar o servir un producto.
Los productos y empaques promocionales representan a la marca. Por ello es importante determinar aspectos como tipo, calidad y materiales. Si son de plástico, por ejemplo, se debe buscar que sea reciclable o biodegradable. Con esta clase de material no sólo se le dice al cliente el nombre del negocio, sino también que parte de su cultura es cuidar el medio ambiente.
En resumen, cuando creamos una marca es primordial recordar que hay muchas cosas que se le dicen al cliente sin haber pronunciado una palabra. Así que el éxito de un negocio siempre dependerá de cuidar los detalles y presentarlo de la manera correcta. Siempre habrá que recordar que un detalle tan pequeño, como poner una marca en un vaso o en un empaque desechable, puede fortalecer o derrumbar un negocio.